martes, 22 de septiembre de 2009

"El silencio de la máquina", de Julio Fabián


Título: El silencio de la máquina.
Género: Poesía.
Autor: Julio Fabián.
Editorial: Lustra editores.
Dimensión: 21.5 cms. x 14.5 cms.
Precio: S/. 25.00
Año: 2007
Número de paginas: 57
ISBN: 9789972257094


En el Silencio de la máquina, Julio Fabián nos presenta su mejor producción poética. Aquí los referentes culturales no pesan, sino que son asimilados y articulados en cada uno de los poemas con brillante lucidez y sobriedad, alcanzando despliegues verdaderamente importantes en los mejores textos, como en Einstein ensaya sobre la luz por ejemplo.

Y es que en este libro El silencio de la máquina es interrumpido por la voz segura del poeta quien, cual Virgilio a Dante, nos guiará hacia el descubrimiento de la trascendencia mediante versos iluminadores que hacen de este libro imprescindible.

"Liebe la muerte en el otro", de Víctor Ruiz Velazco


Liebe la muerte en el otro, último poemario de Víctor Ruiz Velazco, poemario integrante de la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000, publicada en co-edición por Lustra editores y el CCE.


¡Cuidado, hipócrita lector, que este libro se le vaya a pegar en las manos y luego tenga que emprender el regreso a la semilla de la palabra!

Aquí, Víctor Ruiz Velazco intenta reconocer el corazón de la piedra y mostrárnoslo. Intenta entonar una canción, un Lied, donde nos hable esencialmente del noema, del hecho anterior a la idea, pero entiende resignado, que las palabras son un obstáculo, y que la poesía (la poesía como eterna búsqueda o como acto mágico), nos concede el -al menos- morir en el intento.

El autor, con el bagaje de sus aventuras, ciertas o no; es decir, con su conocimiento, nos plantea el enfrentarnos a pasajes de la historia desde una visión particular: nos sitúa de pronto camino a Damasco o a las afueras de Betania, en Abisinia cercanos al segundo Rimbaud o en las costas desérticas del Perú observando un ave de caza. Es este. sin duda, el aporte que hace a la idea de la "tribu humana" de la cual descendemos.

Liebe, en suma, es un canto de amor a la palabra; y Víctor sabe que el mejor homenaje a ella es desnudar el poema de los artificios del bel canto y ahondar en las entrañas del significado; corriendo el riesgo, por supuesto (ahora que la mediocridad y la ignorancia se han hecho de casi todos los territorios de la cultura establecida), de que solo lleguemos a poder entretenernos con las cáscaras que han sido desechadas, románticamente, a los bordes de este libro.

Qui potest capere, capiat.

(escrito por Bruno Polack)

Nota de "Nocturno del Alba", poemario de José A. Haya de la Torre


Reproducimos la nota publicada por Diego Alonso Sánchez en el blog La comunicación imposible el 10/03/2009, sobre el poemario Nocturno del Alba de José Agustín Haya de la Torre, poemario que integra la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000.


Nocturno del Alba, de José Agustín Haya de la Torre, emplea la imagen como necesidad de otro sentido: la sinestésica premura de captar la forma y el color (sobre todo) con el oído, escuchando. Uno empieza la lectura de este libro con la ambición de decodificar su lenguaje y hallar los significantes que develen el valor real de todo lo que se lee.

Pero poco a poco se va abandonando esta ambición interpretativa para poder escuchar lo que dice el libro. He ahí el punto fundamental de este poemario: la percepción de un sonido esencial, intrínsecamente comunicante.

(escrito por Diego Alonso Sánchez B.)


(Crédito de la nota:

"Nocturno del Alba" de José Agustín Haya de la Torre



Nocturno del Alba, último poemario de José Agustín Haya de la Torre, poemario integrante de la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000 publicada en co-edición por Lustra editores y el CCE.


El ser que aquí yace ha encontrado en el universo trágico reflejo de sí mismo. Con la voz del mundo susurra su más íntimo lamento, que a la vez es el lamento mismo de la Tierra. Sus palabras, entonces, son las quejas mismas de los campos, de los ríos, de las piedras, los propios cantos desgarrados de otros hombres perdidos entre los cerros.

El ser que aquí mora ha logrado perderse en el viento; nombra con un silbido al ave y se vuelve el ave, nombra la luna y el fuego, y de repente se eleva hasta el infinito o se enciende ante nuestros ojos. Sabe que la tierra desollada y su propia vida extraviada comparten a los mismos responsables, la única especie culpable. Por desgracia, él es uno de ellos; pero a la vez se ha transformado en algo totalmente distinto.

El ser que aquí fenece ha hallado la respuesta: la eterna paradoja: en él viven la vida y la muerte. Ya lo ha entendido bien, y así lo acepta sin reparos. Pero ese hallazgo también le ha significado encontrar una manera de resurgir... abandonando para siempre su antigua voz, para dar libertad al nacimiento de un nuevo lenguaje: el canto enmudecido del planeta. La última palabra debe ser siempre del silencio.

(escrito por Miguel Ángel Sanz Chung)

"Extensiones" de Sergio Camacho Linares



"Extensiones", último poemario de Sergio Camacho Linares, poemario integrante de la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000, publicada en co-edición por Lustra editores y el CCE.


La atmósfera de Extensiones, de Sergio Camacho Linares, me hace recordar a los personajes de Paul Auster en El país de las últimas cosas (1989). Una sensación de supervivencia fantasmal en a supuesta banalidad del fin de todos los ideales, las ideologías y de la propia civilización.

En ese ambiente sin futuro, la voz poética de Camacho se alimenta de Kafka, Paul Celan (dos favoritos de Auster), Sartre, Camus y Freud. Esa voz vive un espíritu existencialista sobre la finalidad, pero no solo del ser, sino de los objetivos de la poesía misma.

Desde su Carta al lector, Camacho predispone, con Baudeleriana actitud, que su poesía carece de propósito de búsqueda, encuentro, salvación o elucubración de misterios. Dentro de sus poemas, nos encontramos una voz que indica una claudicación perfecta ante el ser humano. La identidad del autor se presiente, por momento, en historias de la infancia, el único lugar de regreso. Todo lo demás, las cosas, la memoria, el tiempo y algunos cuerpos, revuelven en su esencia sin ambiciones, despojados de cualquier intento falso de valorización, igual que la voz del poeta. En su engañosa sencillez, la poesía de Camacho es íntimamente filosófica.

Así, en estos versos, uno se encuentra con la densidad orgánica del estado larvario del ser (y hacer) de nuestra humanidad. por esto, el poemario resuena, en las fibras del inconsciente, como "el sonido del hielo/ descongelándose en el vaso".

(escrito por Diego Molina Rey de Castro)

"La radio futura" de Luis Cruz Álvarez


La radio futura, último poemario de Luis Cruz Álvarez, poemario integrante de la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000, publicada en co-edición por Lustra editores y el CCE.


Hemos llegado a un punto en que delegar todo a la razón resulta irrazonable. La poesía es el rostro de una mujer que danza, y a la cual solo atinamos a decir, la música es tan alta entre tus ojos, como un transeúnte. ¿Debemos descartar algo o condensar antimateria hasta hacernos propios y extraños? Las parábolas encuentran más androides que aquellos que los dioses pueden mantener en silencio.

El poeta alguna vez fue guerrero para su patria, filósofo para el mundo y poesía para Dios; sin embargo, la locura consciente parece haber colmado todo el horizonte. Es en estos momentos, en los que solo nos queda olvidar la belleza para reencontrarla en la historia, como líneas dejadas por aquel soldado sobre viviente que se reincorpora de entre los escombros y vislumbra, las aún operativas ruinas de la última Radio Futura.

(escrito por J. C. Salinas-Granda)

La radio futura, es el tercer poemario de Luis Cruz Álvarez quien saltó a la palestra poética nacional participando en el recordado Tetramerón, poemario que reunió a cuatro noveles autores, quienes compilaban en el mismo, cuatro propuestas distintas de hacer poesía. En este último poemario, Cruz nos acerca a los sonidos de los próximos años, ofreciéndonos una visión de un futuro que si bien muestra un cariz pesimista respecto a la especie humana, también nos indica que en medio de toda aquella vorágine de la posguerra, siquiera hay algunos destellos de almas rescatables.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Entrevista a Bruno Polack publicada en el Diario "Correo"


Reproducimos la entrevista que le hiciera Carlos M. Sotomayor a Bruno Polack sobre el poemario El pequeño y mugroso pólack, publicada el 01/01/2008.


Entrevista a Bruno Polack

Hace algunos años apareció una muestra de su poesía en Tetramerón, un libro que recogía las voces de cuatro poetas jóvenes. Bruno Polack ha saldado la deuda pendiente que tenía con los lectores al publicar El pequeño y mugroso pólack (Lustra editores, 2007), su ópera prima en la que demuestra su buen pulso poético.

¿Cuál fue la génesis de El pequeño y mugroso pólack?
Entre otros temas, la necesidad de detener o hacer algo con las cosas que me fascinan o me dejan sin aliento. Con las cosas que leo sobre todo. Por ejemplo, luego de leer a Villon me invade una sensación tan extraña, tan abyecta, que me deja sólo dos posibilidades, o apuñalar a alguien por la espalda en la sombra de un puente o intentar escribir algo. Claro que por imposibilidad de lo primero termino casi siempre haciendo lo segundo.

En el libro está presente el viaje, sin embargo está también la imposibilidad de salir de uno mismo. “He recorrido / innumerables prados / y no hago más que permanecer siempre, maldita sea, / debajo del umbral”.
Es la imposibilidad de asirse o de aprehender las cosas. Las cosas “reales” digo: las ciudades, las ceremonias, las relaciones. Aunque estés en medio de una estampida en un mercado de Rabat o en medio de la crisis de una relación, siempre permanecer ajeno o llegar tarde a esas decisiones que te incumben directamente. En la mayoría de los casos esto resulta absolutamente frustrante. Por supuesto que siempre queda la vaga esperanza de ser igualmente ajeno al momento de afrontarse a la muerte.

Otra constante es la referencia helénica que aparece en varios poemas...
Por supuesto, el mundo griego, visto bien, es inagotable como arquetipo de lo mágico-irracional. Un mundo lleno de mentiras, de tabús, de traiciones, de tragedias prefijadas incluso antes del nacimiento. Es fascinante. En ningún momento son realmente esos chicos que nos quieren vender con las cosas excesivamente claras en todos los campos de la cultura occidental. De haber sido así, la figura central tendría que haber sido Palámedes. Pero fue extrañamente excluido de las obras homéricas, de las tragedias, de todo, y obviamente no lo pudo asesinar otro que Ulises. Pero es pues este mundo tan rico, ineludible para nosotros, de donde salen, entre otras mentiras: la poesía y la religión.

¿Cómo te ubicas respecto de nuestra tradición poética? ¿Qué poetas son tus referentes?
Creo que aunque quisiera no podría negar la deuda con Pound que he adquirido. Además veo que se ha convertido en “el” poeta para mucha gente de esta generación. Ese es todo un tema. Sin embargo, he intentado leer atentamente también a Jules Laforgue, a Safo, a Martín Adán. También me siento muy cercano al Inferno de Reinaldo Arenas. En cuanto a la tradición poética, no tendría la menor idea de dónde ubicarme. En los extramuros supongo.

¿Cómo ves a los poetas que han aparecido recientemente, compañeros de generación?
Estoy bastante entusiasmado con lo que se pueda hacer en esta generación. Sobre todo porque esta es una generación de ruptura, o debería serlo (Los ochentas y noventas han sido, por decirlo de alguna manera, décadas bastante extrañas). Veo ahora la gestación de proyectos poéticos interesantes. Los que más me interesan son los de Alberto Valdivia, Víctor Ruiz, Jerónimo Pimentel y Cecilia Podestá. Por ahí va la cosa creo.


(Crédito de la entrevista: Diario Correo 01/01/2008)
(Crédito de la fotografía: Pável Ugaz)

Entrevista a Pedro Favaron en "La voz de Montreal"


Reproducimos la entrevista de Alberto Antonio Mendez a Pedro Favaron publicada en la revista La voz de Montreal sobre su poemario Oeste oriental, perteneciente a la colección Piedra/Sangre co-editada por Lustra editores y el CCE, del día 25/02/2009.


Pedro Favaron: escritor peruano en Montreal. Poesía andina toca fibra amazónica por Alberto Antonio Mendez.

Pedro Favaron forma parte de la nueva generación de escritores peruanos. Es un autor joven de 29 años de edad, catorce de los cuales ha dedicado a las letras. Es comunicador social, periodista, investigador, ensayista y poeta. Su último libro titulado: Oeste Oriental es una co-edición del Centro Cultural de España en Lima, Perú, publicado por Lustra editores 2008.

Ha publicado también Caminando sobre el Abismo: Vida y Poesía de César Moro (2003) y Movimiento (2005). De la Universidad de Buenos Aires, Argentina, obtuvo una maestría en Comunicación y Cultura (2006) y de la universidad Peruana de Ciencias Aplicadas una licenciatura de Ciencias de la Comunicación (2002).

Vive en Montreal desde hace seis meses y cursa un doctorado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Montreal. Estas fueron sus declaraciones:

¿Cuáles son los temas abordados en la obra Oeste Oriental?
Es un poemario que tiene que ver con la migración que hice del Perú a la Argentina. Son textos escritos en el camino recorrido entre Lima, Buenos Aires y otras ciudades. Estas andanzas las realicé a lo largo de cinco años. El libro lo considero como una colección de poemas sueltos donde hay diversos temas como la vida urbana y rural, la muerte, la política, la rebeldía y al final cierro con los aspectos místicos y el encuentro con el antiguo Perú. Además se produce un cruce entre el castellano y el quechua, incluyo también mi experiencia personal de migrante combinado con los viajes por las montañas andinas y los desiertos costeños.

¿Por qué el título Oeste Oriental?
Durante mi permanencia en Buenos Aires, Argentina, descubrí que el Perú es un país “no occidental” con una sensibilidad andina más cercana al oriente que a occidente.

¿Influencias personales?
Los críticos asocian el poemario al neobarroco. Admiro a César Vallejo, Gamaliel Churata, Martín Adán, César Moro, Juan Ojeda, Adolfo Westphalen y Enrique Verástegui y de los franceses Antonin Artaud y Arthur Rimbaud.


(Crédito de la entrevista: revista La Voz de Montreal, número 1 – año XVIII, 25 de febrero de 2009.)

"Oeste oriental" de Pedro Favaron


Reproducimos una nota publicada en la revista "a voz de Montreal sobre el poemario Oeste oriental de Pedro Favaron, poemario integrante de la Colección Piedra/Sangre muestra poética del 2000, co-editado por Lustra editores y el CCE.


OESTE ORIENTAL. Pedro Favaron. Lustra Editores-Centro Cultural de España (Colección piedra/sangre). Lima, 2008.

El escritor peruano Pedro Favaron (Lima, 1979) con esta tercera de sus obras, desafía en prosa y en verso las formas convencionales del estilo, utilizando la temática quechua y aymara en versos que ofrecen la inequívoca apariencia de traducciones directas de las lenguas andinas. Tanto es así que prescinde de artículos y conjunciones para hilvanar sus versos y seguramente provocará tanta curiosidad como sorpresa en los lectores menos avisados en estos menesteres.

"Muriendo mucho ante ser próximo destruido de anticipo", dice uno de los versos del poema 15, y en verdad, exige en todo su trayecto la relectura para interpretar correctamente el mensaje. Se trata, pues, de una técnica experimental que Favaron intenta para ajustar la relación de los conceptos de las lenguas madre andinas.


(Crédito de la nota: revista La Voz de Montreal, número 4 – año XVIII, 11 de marzo de 2009.)

Entrevista a Víctor Ruiz Velazco sobre el poemario "Délibáb enemigo del viento"


Reproducimos la entrevista a Víctor Ruiz Velazco sobre el poemario Délibáb enemigo del viento, que publicó Carlos M. Sotomayor en el blog Letra Capital el día 18/12/2007*.


ENTREVISTA A VÍCTOR RUIZ VELAZCO

Al igual que en su primer poemario, en Délibáb (Lustra editores, 2007) también está presente la intertextualidad. Sin embargo, en esta segunda entrega Víctor Ruiz Velazco se muestra más seguro de sus propios recursos expresivos y asume mayores riesgos.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Por qué Délibáb?
El libro está presentado como un gran palimpsesto, una sucesión de imágenes, voces y referentes culturales y personalísimos de lo más diversos, no para que sean leídos como una totalidad armónica, como un gran collage, o sea una gran y única imagen que da cuenta del todo, sino más bien a manera de un espejismo donde se trastoca realidad y percepción y donde ni el tiempo ni el espacio bastan o delimitan nada, de ahí la imagen del Délibáb, que es el espejismo húngaro, sea la palabra que condense este sentimiento donde la autoría pasa a ser también parte de esta propuesta. El poema homónimo y el que le dio el tono al libro, toma como alterego al Quijote y la materia árabe, por ende me pareció más apropiado que el nombre del libro fuera Délibáb y no Mirage, Espejismo o Fata morgana, que por cierto ya existía con la novela de Hinostroza. Además el título por sí mismo es poético, el subtítulo Enemigo del viento es un verso de Yeats.

El gran eje temático del libro es el viaje...
Un viaje en el que el desplazamiento físico es mínimo o nulo. Es un recorrido por la historia, mis más caros libros, la vida de mis héroes literarios; y también hacia el encuentro de la amada, que termina con el desarraigo total; es un constante irse, en realidad, un amor presentado en “clave de guerra”, donde todo es evanescente. En Délibáb siempre me estoy yendo, siempre me estoy perdiendo. Todo se presenta como un espejismo al que se ingresa y no se sale nunca. ¿Qué otra cosa si no es la poesía?

Aprendiendo a hablar con las sombras, tu primer poemario, ponía de manifiesto ciertos tributos. ¿Uno de ellos podría ser a Rodolfo Hinostroza?
Sí, eso es cierto, y de hecho traté de que fuera más evidente de lo que la gente piensa, pero parece que no fui del todo claro. Si por mí fuera, hubiera puesto una nota bajo cada poema. Me encanta hablar de los poetas y sobre todo de sus poemas, pero entonces no hubiera escrito un poemario, sino un ensayo sobre la poesía. Aprendiendo a hablar con las sombras es hasta cierto punto un libro de homenajes, una revisión y reescritura de mis autores favoritos y un “demostrar” –y ahí está la vehemencia juvenil– mi proceso de aprendizaje, sobre la marcha, de la palabra y sus posibilidades expresivas. Por esa razón creo que el libro como tal no termina de funcionar del todo como unidad, como estructura, quiero decir, pero considero que poema por poema no se le puede reclamar nada.

¿Cómo definirías Délibáb en relación a tu primer libro?
Creo que era un lugar previsible al que llegaría. No hay nada gratuito, todo es parte de un proceso. Si alguien lee mi primer libro, verá que la aparición de Délibáb era inminente y entenderá mejor además mi propuesta. Estos dos libros, junto a Euforión o La presa y Liebe: la muerte en el otro, conforman la primera etapa de mi obra llamada también Aprendiendo a hablar con las sombras, creo que el título habla por sí solo. Aunque también podría llamarse la etapa de la materia Marianne que es el verdadero y gran personaje que atraviesa los cuatro libros y que increíblemente todos obvian privilegiando a una voz que nunca señala el lugar del cuerpo. Después de eso, tengo algunos proyectos en los que estoy trabajando con gran entusiasmo, pero ya más tranquilo, más reposado, sin las ganas locas de incendiar al mundo que tenía a los 18.

Tú perteneciste quizás a la última generación de discípulos de Wáshington Delgado. Incluso ganaste un premio que lleva su nombre. ¿Qué es lo que más recuerdas de él?
Wáshington es uno de mis maestros y es un honor poder decir que fui amigo suyo también. Creo que era un hombre verdaderamente notable y un poeta excepcional. Recuerdo su pasión por El Quijote, su dicción perfecta, su cigarro, las conversaciones interminables en su casa o las lecturas en La Noche de Lima que organizaba Alessandra Tenorio y donde en una ocasión volvió a encontrarse con Romualdo. Haber tenido la oportunidad, gracias a Lucho y Sonia (hijos de Delgado), de llevar a cabo una antología sobre su obra a propósito de sus ochenta años, ha sido volver a reencontrar a Wáshington también y comprender en su real dimensión, a la luz de cuatro años de su partida, cuan importante y necesario era, aunque es un consuelo saber que su voz siempre estará.

¿Cómo ves a tus compañeros poetas de generación?
Tengo mucha fe en esta generación; de hecho todos nos conocemos desde finales del siglo pasado y ninguno ha renunciado a pesar de las dificultades, eso de por sí ya es un milagro solo posible en un país como el Perú. Creo que las obras de Polack, Tenorio, Haya de la Torre, Huamán, Guillén, Sordómez, Lazarte y Podestá son de las más valiosas, pues no solo han alcanzado una expresión propia, sino que en algunos de estos casos hay una reflexión importante sobre el hecho poético, una propuesta: una Obra. Lo demás sólo el tiempo lo dirá.

*Versión completa de la editada que apareció en el Diario Correo el 18/12/07.


(Crédito de la entrevista:
(Crédito de la fotografía: Eduardo Cavero)
 

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